Cultivo de exterior asistido con luz artificial

Por Cris Roots

¿Por qué la mayoría de los invernaderos cuentan con iluminación adicional a la del sol? Esto no es porque se busque igualar la calidad lumínica del sol. Como ya sabemos, es incomparablemente mejor que cualquier forma de luz artificial. El objetivo, en cambio, es el de controlar los periodos de luz y de oscuridad para manejar los diferentes procesos metabólicos de las plantas. Contando con iluminación artificial se logra aumentar la cantidad de cosechas que se pueden tener en un mismo año. En Growtech somos especialistas en iluminación LED y te contamos todo sobre el cultivo asistido.
 
Como repasamos en una nota anterior, las plantas de cannabis dependen del fotoperiodo para crecer y florecer. Esto es simplemente la cantidad de horas de luz y oscuridad que haya en un día. En verano los días son más largos y eso estimula el crecimiento vegetativo de las plantas. Pero al acercarse el otoño, las horas de luz disminuyen y eso dispara el proceso de floración (que no es más que la etapa reproductiva en la cual debe asegurar la descendencia antes de perecer).
En condiciones de naturaleza se podrá cultivar cannabis en una sola estación del año con buenos resultados. Pero todo cambia cuando se agrega luz artificial a la ecuación.

¿Qué luz se necesita?

No hace falta que la luz que se adicione tenga mucha potencia. Solo se necesita para que la planta reciba el estímulo mínimo para interpretar que es de día. La forma casera de darse cuenta si es suficiente es ver si la luz genera sombra en algún lado, si lo hace, alcanza.

Tampoco es necesario que la luz se encuentre cerca de las plantas, al contrario, la mayoría de los desarrollos industriales colocan las luces en el techo. Pero algo que sí es indispensable es que cuenten con un grado de protección contra salpicaduras y humedad. Pensemos que dentro de un invernadero las condiciones son hostiles para cualquier artefacto eléctrico.
Para complementar con la luz artificial se recomienda que el invernadero cuente con un sistema de cerramiento automático que evite que la luz del sol ingrese. Esto permite controlar además de las horas de luz, las de oscuridad.

Con esta combinación se logra un control total del fotoperiodo para aumentar la cantidad de cosechas en un año.

A continuación te explicamos cómo:
En el hemisferio sur la temporada de cultivo de cannabis inicia a principios de octubre, una vez que las condiciones de temperatura hacen posible la correcta germinación y crecimiento temprano de las plantas. El periodo de crecimiento se extiende hasta el fin del verano cuando en febrero se comienzan a ver las primeras flores. Entre abril y mayo se lleva a cabo la cosecha.
Es en este momento cuando inmediatamente se puede volver a sembrar y asistirse de luz artificial para lograr un nuevo crecimiento. Las horas de luz natural se van a ir acortando pero el secreto es colocar las luces artificiales prendidas durante 18 horas por día. Gracias a esto las plantas
van a crecer (si bien quizás las condiciones de frío hagan que no se desarrollen tan grandes como las mismas plantas crecidas en verano).
Una vez que alcancen el tamaño requerido solamente se apagan las luces artificiales (o se reduce el tiempo que están prendidas) y la planta comenzará a florecer ya que las horas de luz natural son menos de 12.
De esta manera se puede duplicar o triplicar las cosechas que se pueden obtener en un año, aumentando la rentabilidad de cualquier proyecto de cultivo en invernaderos.
Pero esta técnica también puede aplicarse en cultivos de exterior a campo mediante la colocación de postes de al menos 4 metros con reflectores a prueba de agua.

Luz artificial como complemento 

Pero los beneficios del cultivo asistido no terminan en el fotoperiodo, también puede usarse las luces para elevar el rendimiento de los cultivos. Como sabemos a veces las nubes tapan el sol y por lo tanto su intensidad disminuye. La cantidad de luz que le llegue a la planta durante un día nublado va a ser menor y eso implica menor fotosíntesis.

La cantidad de luz que recibe la planta en el día se cuantifica con el DLI (Day light integral). Si contamos con iluminación artificial es una buena práctica usarla para complementar en los días donde el sol no está aportando mucho. Pero solo se tiene que encender la luz cuando es de día, en este caso hay que evitar que se altere el fotoperiodo. En la industria hay equipamiento para leer el DLI y accionar las luces automáticamente como complemento.

Con la cantidad de luz adecuada el rendimiento aumenta ya que las plantas hacen más fotosíntesis y logran generar más flores.

En conclusión, aunque nos encontremos en exterior es recomendable contar con luces artificiales para multiplicar la capacidad operativa del proyecto permitiendo una continuidad anual en las tareas y mitigando los tiempos muertos.